miércoles, 30 de diciembre de 2009

"Rajoy se opone a negociar el pago del rescate para liberar a los cooperantes"


Lo cuenta así El País.com en su portada de hoy para colar el mensaje de "¿veis la calaña del líder del Partido Popular (PP)?".

Los del periódico de PRISA no deben de ser conscientes de que hasta qué punto han metido la pata con ese titular. O sí, lo cual sería incomparablemente peor: implicaría mala fe e instrumentalización del medio para fines partidistas hasta un grado que rompería nuevos límites en la degradación de la prensa española.

Y es que desde el asesinato del concejal vasco Miguel Ángel Blanco, si hay un partido político y unos dirigentes (que además son básicamente los mismos que entonces) legitimados para defender la no cesión ante chantajes terroristas, ésos son los del PP, por mucho que les duela a los numerosos celosos guardadores de las supuestas esencias de la democracia. En aquellos momentos, pese a estar en peligro un afiliado y titular de un cargo público de su partido, incluso con un plazo determinado en forma de cuenta atrás de sólo 24 horas, decidieron no ceder al chantaje de ETA, lo que implicó indirectamente que se produjera uno de los asesinatos más miserables, dramáticos y sentidos de la historia de la democracia española.

Esos hechos, que también son memoria histórica, son los que tenían que haber tenido en cuenta los periodistas que han redactado y han autorizado la publicación en portada de esa noticia, con ese repugnante titular.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Y seguimos a vueltas con los crucifijos...

Publica hoy el El País.com la siguiente noticia en su portada de la tarde:


Nada sorprendente... hasta que se sigue leyendo el subtítulo:

Aplica "la misma doctrina constitucional" que la empleada para reconocer "el derecho a la objeción de conciencia respecto a Educación para la Ciudadanía". 

Aquí ya surgen más dudas acerca de a qué se está refiriendo exactamente el periodista como argumento del tribunal. Y cuando se bucea en el texto que desarrolla la noticia se confirman las sospechas:

"Es el derecho de los padres a que sus hijos reciban una educación conforme a sus convicciones, junto con la libertad religiosa y de creencias, "lo que el Alto Tribunal decide proteger en este caso".

Es decir, que no se trata de que a los alumnos no les coman el tarro cuando aun no han podido desarrollar herramientas intelectuales para ser críticos con, y en su caso defenderse de, los estímulos y la simbología que se les ofrece deliberadamente, sino más bien de que los padres, pobres desvalidos, puedan elegir qué confesión religiosa les cuelan con calzador a sus hijos cuando éstos aún no tienen muchos más recursos de aprendizaje que los estímulos y des-estímulos caninos de Pavlov.

Pero claro, no es de extrañar tal argumentación en una sociedad que eleva legalmente a la categoría de institución educativa, y encima la financia con dinero de todos los españoles - y todo incluido -, a una organización religiosa, como es la Iglesia católica. Y lo peor es que, con este estado de cosas , nada hay que impida, desde un punto de vista legal coherente e igualitario, la inminente implantación de las otras grandes religiones organizadas como instituciones educativas oficiales, a medida que siga incrementándose el número de inmigrantes de confesión y cultura musulmanas en España.

En última instancia, el problema radica en haberse entendido como compatible la afirmación constitucional de que España se organiza como un Estado aconfesional (Ninguna confesión tendrá carácter estatal - art. 15.3-) con otra disposición constitucional del mismo rango de protección - art. 27.3 - que establece que Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones, así como con las leyes que, basándose en este último artículo, han desarrollado el sistema educativo español desde una óptica descaradamente tradicionalista, en beneficio de unas prerrogativas eclesiales anormales obtenidas durante la vigencia de un sistema político caciquil - como fue la Restauración - y uno dictatorial - como fue el Franquismo -.

De esta manera, en el siglo de la revolución de las tecnologías de la información y de la comunicación, seguimos aún en este país con anacrónicas medias tintas con respecto a la presencia de símbolos religiosos católicos en los colegios e institutos de enseñanza.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Juegos peligrosos

Los inventores de patrias no se cansan de repetir la leyenda del pueblo ancestral que se ha mantenido idéntico desde los tiempos más remotos y a la vez es un modelo de modernidad y cosmopolitismo acogedor, que ha sufrido sin doblegarse la opresión de un poder forastero y enemigo, el cual tiene la culpa de todas sus desgracias, y además es grosero, atrasado, arrogante, en muchos casos español.

Antonio Muñoz Molina, acerca de Dangerous games, de Margaret McMillan (2009).

Y cuando esos inventores están en las mismas instituciones que gobiernan, ocurren cosas como ésta: El caso Iruña-Veleia llega al sumidero

domingo, 6 de diciembre de 2009

El charnego agradecido.


El cinismo o la inopia de José Montilla, el Presidente de la Generalitat de Cataluña, parecen no tener límites. Hoy, 6 de diciembre, el día de la Constitución, esa efeméride cuya celebración su gobierno, en connivencia con los partidos nacionalistas oficiales de Cataluña (el PSC lo es de hecho), no acuerda ni promueve (ni oficialmente ni mucho menos en la intimidad), se descuelga con un artículo de fondo en El País en el que, después de rendir hipócrita pleitesía a la carta magna en el título principal (Defensa y elogio de la Constitución), lo contradice flagrantemente en el subtítulo con el tenor de "las instituciones se legitiman ante la ciudadanía con su ejecutoria. El Tribunal (Constitucional) no puede actuar de espaldas a la opinión pública", en referencia a la próxima publicación de la sentencia de este tribunal sobre la constitucionalidad de algunas partes del nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña.

Con razón casi todo el mundo en Cataluña desprecia al charnego agradecido. Los nacionalistas puros, por ser de fuera y hablar deficientemente el catalán, la lengua propia de Cataluña, según ese Estatuto nacionalista que desprecia el concepto legal y abierto de lengua oficial cuya realidad, tan a su pesar, encarna Montilla. Los no nacionalistas, por no tener la suficiente personalidad para actuar con convicciones propias y plegarse sumisamente al nacionalismo rampante que, en el fondo (y a veces, hasta en la forma: concierto de despedida de Lluís Llach en Verges, Gerona) desprecia sus orígenes no catalanes y no reconoce la realidad plural que él refleja.

Lo lamentable y desmoralizador de todo esto es que todo un Presidente de Comunidad Autónoma, de una tan importante como Cataluña, no tenga los suficientes conocimientos de Derecho como para saber que un juzgado o tribunal no decide, no puede, no debe decidir el fallo de sus resoluciones basándose en la opinión pública, sino única y exclusivamente en las leyes promulgadas, publicadas y en vigor. Por no mencionar, claro, que la opinión pública para un político que la miente no suele ser más que la confirmación de la opinión de uno mismo, teniendo en cuenta que no se puede medir científicamente, puesto que la expresada por los ciudadanos de Cataluña con ocasión del referéndum sobre el Estatut no puede referirse legalmente más que a la que no rebase los límites establecidos por la Constitución, ya que la que sí lo haga debe respetar la opinión pública de todos los españoles, que son los únicos ciudadanos que, por los cauces previstos, pueden decidir reformarla.

En cualquier caso, no nos hemos caído de un guindo. Es evidente que Montilla sí conoce a qué debe atenerse exclusivamente el Tribunal Constitucional. Sus declaraciones, en línea con la de los políticos nacionalistas catalanes, sólo pretenden, desde la demagogia populista, presionar lo máximo posible a los miembros del alto tribunal para que se asusten y acaben sentenciando contra los recursos de inconstitucionalidad planteados y, por tanto, a favor de la plena constitucionalidad de todos los artículos del Estatut.

Así las cosas, lo penoso no es que Montilla no tenga conocimientos elementales de ese Derecho cuya proposición y ejecución es la misión fundamental de la institución que él encabeza, sino más bien que un Presidente de Comunidad Autónoma, que debería dar el máximo ejemplo, muestre tan poco respeto por la legalidad vigente.

Actualización (6 de enero del 2010): el cordobés sigue amenazando con no acatar la decisión del Tribunal Constitucional. 

Montilla prepara una respuesta "unitaria" de la sociedad catalana ante un recorte del Estatut

El presidente catalán envía una misiva a 200 entidades pidiendo su apoyo

domingo, 29 de noviembre de 2009

La autodeterminación: el pueblo decide en versión nacionalista.

"Una consulta soberanista evidenciaría que Cataluña quiere ser española"

El líder nacionalista descarta un referéndum independentista porque ganaría el no. 

El País.com



Después de la consulta sobre la independencia de España celebrada en Arenys de Munt (Barcelona) con la connivencia y aun el apoyo del Ayuntamiento, y especialmente de su Alcalde, aclamado en loor de multitudes en las manifestaciones independentistas de los días siguientes en Barcelona (y que en el resto de España fueron conocidas especialmente por la participación en una de ellas del presidente del Fútbol Club Barcelona, Joan Laporta), se han convocado multitud de nuevas consultas municipales con el mismo propósito, a celebrarse en el mismo día, el 13 de diciembre, por varias asociaciones ciudadanas que se arrogan la representación de los habitantes de un puñado de poblaciones repartidas por gran parte del territorio catalán (abajo).

Mi pueblo, Arenys de Mar, vecino del pionero en estas lides, se ha sumado al elenco de municipios en que se celebrarán las siguientes nuevas consultas sobre la independencia, con el eslogan "Arenys de Mar decideix" (decide), y con el argumento básico de que pronunciarse sobre esta cuestión, de forma vinculante para las instituciones públicas, es "un derecho elemental".

Pues ya se ve que el presidente de Convergència i Unió, coalición de partidos que representa a más de la mitad del nacionalismo catalán,  se pasa los derechos elementales  de su parroquia por el arco de triunfo, y que la cantinela de que "queremos decidir" , "tenemos derecho a decidir" (los catalanes) quiere decir en realidad que "lo que queremos es ganar" (los nacionalistas); y si no es posible, aquí, decidir, no decide ni Dios...

Pero claro, es que ya Esquerra Republicana pospuso el ansiado referéndum sobre la independencia a dentro de una década... Eso es confianza en el pueblo

En otras palabras, se trata de ir concienciando a la sociedad civil a través de referéndums informales de ámbito municipal, a los que su calificación de ilegales por parte del gobierno central y de las autoridades judiciales competentes, cuando colaboran activamente en su celebración los respectivos ayuntamientos, les viene estupendamente tanto a sus organizadores como a los líderes nacionalistas de nivel autonómico para ganar tiempo y no arriesgar hasta que la mayoría de la población de Cataluña esté en disposición de pasar por el aro y sea seguro el resultado favorable en un futurible referéndum, más formal (legal o ilegal), y de ámbito autonómico.




domingo, 8 de noviembre de 2009

El precio de la liberación de unos secuestrados. El fin y los medios

Por las últimas e insistentes declaraciones-proclamas tanto de las mujeres de los pescadores españoles del Alakrana secuestrados por piratas somalíes como de los Presidentes de las Comunidades autónomas del País Vasco y de Galicia, da la impresión de que el Juez Central de Instrucción (Audiencia Nacional) que ha procesado a dos de ellos (a instancia de la abogacía del Estado, no se olvide), está cometiendo una tropelía rayana en el delito por no liberarlos o extraditarlos a ¿qué país lo ha pedido...? y, de esta manera, siendo culpable del posible asesinato de los pescadores vascos y gallegos.

Como si la Justicia, regulada estrictamente en leyes, pudiera ser manipulada por los órganos competentes (los Juzgados) a su antojo para entrar en el terreno de la negociación con cualquier tipo de facinerosos. Como si la legislación penal tuviera por objeto salvar vidas humanas, y no imputar y, en su caso, condenar a delincuentes, sin otras consideraciones que las de respetar el límite de los derechos fundamentales de los implicados.

Habrían hecho mejor las esposas y parejas de los marineros secuestrados en haber pedido y aun exigido a éstos que no fueran a pescar a las aguas de Somalia o colindantes con éstas, tal y como se recomendó (y casi se reguló) por parte del Ministerio de Defensa cuando se comprobó por las autoridades españolas hace ya varios meses que no estaban en disposición ni de proteger directamente a los que se aventurasen por zonas tan peligrosas, ni sufragar el coste económico que ello suponía, no sólo debido al desplazamiento de buques militares a la zona, sino a la probable necesidad de enfrentarse al escenario en el que nos encontramos ahora : tener que pagar un altísimo rescate a piratas sin ningún escrúpulo para con la vida humana. Se les avisó y no hicieron caso. Hasta cierto punto, comprensible, pero si ellos finalmente decidieron no poner en primer lugar la propia vida en su orden de prioridades, menos lo va a hacer ahora un organismo como el Juzgado Central de Instrucción competente, que legalmente no puede tener ésa entre sus objetivos.

Si se hiciese caso a las mujeres de los secuestrados y a los Presidentes de las dos Comunidades autónomas afectadas, resultaría una justificación indirecta del pago del llamado por los terroristas de ETA impuesto revolucionario, en tanto en cuanto habría que considerar en esos supuestos que la vida del empresario chantajeado tiene prioridad sobre la consecuencia del pago del rescate: que la banda terrorista asesine a otro/s ciudadano/s que no tienen nada que ver con los problemas del empresario. Si se liberan ahora a los dos procesados por el Juez Baltasar Garzón, ¿cómo explicamos que en el futuro volvería a haber en la calle (en el mar) dos delincuentes más que podrán poner en peligro los bienes y aun la vida de otros pescadores que faenen en esas aguas? 

¿Fue correcta y, así, no fue criticada, la decisión de Jaime Mayor Oreja, como Ministro de Interior, de no ceder al chantaje de los etarras que secuestraron al concejal Miguel Ángel Blanco (de su propio partido político) y, aun peor, dieron un ultimátum de 24 horas al Gobierno para que acordara básicamente algo tan factible como el acercamiento de presos de ETA al País Vasco, antes de asesinarlo, y, ahora, en cambio, es intolerable que se mantengan firmes las autoridades españoles ante una banda de asesinos reincidentes como son los piratas somalíes...? ¿Es que tenía menos importancia la vida de ese concejal, simplemente porque  fuera una sola persona, que la de unos marineros, por el hecho de ser treinta y seis?

Actualización del 12 de noviembre del 2009:  La Audiencia Nacional se pronuncia

jueves, 29 de octubre de 2009

Ortografía en bitácoras de libros

En la interesante bitácora Soybits me encuentro en esta entrada con el texto siguiente: 

En estos últimos dos años se han producido muchos movimientos, han habido fusiones y adquisiciones, se han lanzado infinitud de nuevos modelos, pero en esencia hay unos pocos puntos clave que nos hacen pensar en el cruce de esa barrera, el salto de los early adopters al mercado de masas: (...).

Si los autores de una publicación sobre libros no son capaces de evitar tales errores ortográficos y lexicográficos, ¿qué clase de ilusión nos hace imaginar una sociedad en que la educación obtenga resultados con la población no aficionada a la cultura, abrumadoramente mayoritaria?

La batalla y la vida

domingo, 25 de octubre de 2009

El infame corporativismo del mundo del cine

(El País. 29 de septiembre del 2009).

Como si todos los numerosísimos profesionales del cine que han firmado el manifiesto de apoyo al realizador Roman Polanski se hubiesen encontrado hace 30 años en el lugar de los hechos por los que se acusa formalmente a éste, han alzado su voz con energía y seguridad dignas de mejor causa para poner a parir a la Justicia de los EE.UU. y, ojo, también a la suiza, que, como todos sabemos, es de las menos fiables y serias del mundo, propia de un régimen populista, vaya.


Y no olvidemos que este ancianito, como le presentan ahora sus amiguetes, es el tipo que ha dicho en sus memorias que el famoso asesinato de su novia, Sharon Tate, en 1969 a manos de la secta que lideraba Charles Manson, le afectó tan profundamente que tardó un mes en volver a follar con alguien...


Ah, que estos hechos no deben convertirse en una cuestión personal ni subjetiva, en un enjuiciamiento moral, sino que se refiere a los derechos fundamentales de un hombre que debe ser tratado con seguridad jurídica y al que se le está persiguiendo inquisitorialmente por un delito que debiera haber prescrito o mediante un proceso penal que debiera haber caducado hace ya muchos años.


Entonces, ¿por qué se intenta presionar y deslegitimar a dos sistemas judiciales democráticos como el norteamericano y el suizo, que saben un poco más de aplicación de leyes que un grupo de amigos o colegas de profesión?


Y es que ya se sabe, cuando presuntamente delinque un artista (y a éste llevan persiguiéndolo unos cuantos años ya...) es más disculpable que cuando lo hace un yonqui. Aquél tiene la disculpa de la libertad creadora, contra la cual cualquier obstáculo que se interponga sólo puede proceder de sistemas políticos inquisitoriales, mientras que el drogata que lo hace por pura desesperación no es más que un puto desgraciado que no va a perder mucho porque se pase una temporada recogidito entre los de su clase en un internado con horarios, en la cárcel.


¿Por qué no salen al mercado dispositivos electrónicos de lectura asequibles?

Al hablarse de los libros e- (que no de e-books) y de los problemas que encuentran para hacerse un hueco en el mercado de forma definitiva y masiva, parece que no pudiera haber más contenido que las novelas de estreno, mayoritariamente best-sellers, a cuya falta de disponibilidad, debido a los derechos asociados a la propiedad intelectual y su gestión por parte de las editoriales tradicionales, se atribuye por casi todos los autores que tratan esta materia la razón por la que no despega de una vez por todas el mercado de los dispositivos electrónicos de lectura. Se olvida casi siempre que sólo por las obras que ya están libres de derechos de autor y crecientemente disponibles en páginas web, merecería la pena hacerse con un dispositivo de lectura digital. 

Pero es que, además, existen contenidos sobre los que sorprendentemente no habla nadie, cuando en principio son los más adecuados para disfrutarse en una pantalla de tinta electrónica: bitácoras y textos en cualquier otro formato publicados en páginas web. Actualmente, hay tanta producción y diversidad en este tipo de formato, el directamente digital, que se hace muy difícil leer las suscripciones en una pantalla tan pésima a estos efectos como las de los ordenadores, con retroiluminación, que te quema la vista. Por eso, cada día se hace más necesario la comercialización de dispositivos electrónicos a precios razonables, independientemente de cuál sea la actitud de los responsables de las editoriales propietarias de los derechos de explotación de la mayoría de los libros publicados. La creciente cantidad de lectura nativamente digital, mayoritariamente libre y gratuita, lo requiere urgentemente.




viernes, 2 de octubre de 2009

domingo, 10 de mayo de 2009

Perdidos (Lost): más allá de misterios ingeniosos.



Desde hace un tiempo, un par de temporadas en la periodización particular de las series de televisión, no se dejan de oír opiniones conmiserativas sobre la deriva de una de las que más pasiones ha levantado en los últimos tiempos como es Perdidos (Lost), en el sentido de que está perdiendo interés, que no se sabe hacia dónde se quiere dirigir el argumento, que si se sigue viendo es por la inercia de haber visto las anteriores temporadas y querer satisfacer la necesidad lógica de averiguar cómo se resuelve la complicada y original madeja que en ellas se fue trabajosamente configurando, etc.

En esas opiniones se revela el auténtico interés que en su momento despertó la serie en tantos espectadores, es decir, el juego de misterios, suspense y sorpresas a golpe de efectos que el planteamiento de la historia, como un puzzle de trozos de información ofrecida desordenadamente desde un punto de vista temporal, a imagen y semejanza de un procedimiento ya prolijamente utiizado por numerosas largometrajes en los últimos 15 años (Reservoir dogs, Amores perros, Pulp fiction o 28 gramos), generaba como enganche de la audiencia. Y de ahí no pasaba, con lo que la atracción no era en realidad tan fuerte como de su seguimiento podía deducirse.

Sin embargo, Perdidos (Lost), era y es mucho más que eso. Su interés, tremendo interés, no radica sólo en su carácter de entretenimiento ingenioso basado en una historia atractiva puesta en pantalla según una estructura no tan orginal como puedan pensar muchos adolescentes y otros espectadores habituales de televisión pero poco cinéfilos; sino que estriba tanto o más, aunque de una forma no tan aparente, en la especial y conseguida intensidad que sus realizadores han sabido conferir a sus imágenes, especialmente cuando de mostrar a sus personajes se trata. La factura de la serie no es la de un producto televisivo al uso, sino la de cine con mayúsculas, en donde importa casi cada fotograma y la densidad de las imágenes es muy superior a la habitual ligereza de las de la televisión comercial, hablando por ellas mismas mucho más que poniendo en boca de los personajes triviales conversaciones.

Y curiosamente, en este aspecto destaca especialmente, de entre un grupo de personajes apasionante, de una forma notoriamente paradójica, el que en un primer momento (durante las dos o tres primeras temporadas) parecía el más tópicamente protagónico, en la medida en que, además de aparecer más en pantalla, representaba el típico papel de líder del grupo accidentalmente formado, carismático para sus compañeros de desventuras en la isla y atractivo para numerosos espectadores: Jack Sheppard. El seguimiento apasionado que de él hace la cámara durante los flash backs que dedican sus creadores a su vida previa a la isla en los Estados Unidos, para mostrar sus problemas con su padre y, especialmente, con la paciente a la que salva la vida y acaba siendo su frustrada esposa, no tiene precio, es materia audiovisual que perdurará por encima de la resolución más o menos ingeniosa que se dé definitivamente a los misterios de la isla y más allá del éxito que ello haya reportado a sus creadores y productores.