domingo, 29 de noviembre de 2009

La autodeterminación: el pueblo decide en versión nacionalista.

"Una consulta soberanista evidenciaría que Cataluña quiere ser española"

El líder nacionalista descarta un referéndum independentista porque ganaría el no. 

El País.com



Después de la consulta sobre la independencia de España celebrada en Arenys de Munt (Barcelona) con la connivencia y aun el apoyo del Ayuntamiento, y especialmente de su Alcalde, aclamado en loor de multitudes en las manifestaciones independentistas de los días siguientes en Barcelona (y que en el resto de España fueron conocidas especialmente por la participación en una de ellas del presidente del Fútbol Club Barcelona, Joan Laporta), se han convocado multitud de nuevas consultas municipales con el mismo propósito, a celebrarse en el mismo día, el 13 de diciembre, por varias asociaciones ciudadanas que se arrogan la representación de los habitantes de un puñado de poblaciones repartidas por gran parte del territorio catalán (abajo).

Mi pueblo, Arenys de Mar, vecino del pionero en estas lides, se ha sumado al elenco de municipios en que se celebrarán las siguientes nuevas consultas sobre la independencia, con el eslogan "Arenys de Mar decideix" (decide), y con el argumento básico de que pronunciarse sobre esta cuestión, de forma vinculante para las instituciones públicas, es "un derecho elemental".

Pues ya se ve que el presidente de Convergència i Unió, coalición de partidos que representa a más de la mitad del nacionalismo catalán,  se pasa los derechos elementales  de su parroquia por el arco de triunfo, y que la cantinela de que "queremos decidir" , "tenemos derecho a decidir" (los catalanes) quiere decir en realidad que "lo que queremos es ganar" (los nacionalistas); y si no es posible, aquí, decidir, no decide ni Dios...

Pero claro, es que ya Esquerra Republicana pospuso el ansiado referéndum sobre la independencia a dentro de una década... Eso es confianza en el pueblo

En otras palabras, se trata de ir concienciando a la sociedad civil a través de referéndums informales de ámbito municipal, a los que su calificación de ilegales por parte del gobierno central y de las autoridades judiciales competentes, cuando colaboran activamente en su celebración los respectivos ayuntamientos, les viene estupendamente tanto a sus organizadores como a los líderes nacionalistas de nivel autonómico para ganar tiempo y no arriesgar hasta que la mayoría de la población de Cataluña esté en disposición de pasar por el aro y sea seguro el resultado favorable en un futurible referéndum, más formal (legal o ilegal), y de ámbito autonómico.




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